un espacio luminoso, pequeñito, acogedor. platitos, cuencos y tazas se amontonan en las estanterías de madera. piezas delicadas, sencillas, con una gama cromática de blancos y crudos por protagonista; el punto de color lo aportan las pequeñas suculentas que asoman la cabeza entre la cerámica. en la mesa, pinceles, esponjas, trozos de tela… un ramillete de trigo con el sello de pols ceramic junto a un librito editado especialmente para hoy para cada uno.
cuando llego ya hay algunas personas. Patricia y Olga me reciben con una sonrisa y gran afabilidad que reconforta puesto que estar en espacios desconocidos y romper el hielo siempre me cuesta más de lo que me gustaría. solamente entrar veo a Marta, a la que admiro por su trabajo y a la que ya he tenido el placer de conocer en ocasiones anteriores, con lo que los nervios poco a poco empiezan a disiparse.
somos 8. Mery empieza la sesión ayudándonos a centrarnos en el aquí y ahora con una pequeña meditación guiada. mientras la escucho hablar de las bases del mindfulness y de sus ventajas pienso en qué fácilmente se puede ganar en bienestar y serenidad personal solo con poner un poco de atención e intención en lo que hacemos a cada momento de modo que estemos más presentes, más conectados con nosotros mismos (como ya comentaba el otro día cuando hablaba de comunicación).
empezamos con el barro. tenemos un kilo para hacer lo que queramos. Gloria nos ha dado las instrucciones básicas para que podamos desenvolvernos bien. recuerdo cómo estas cosas solían ponerme nerviosa en el colegio; siempre me había considerado una persona poco creativa y más bien patosilla y cuando, en clase de plástica, nos daban vía libre para hacer lo que quisiéramos yo me bloqueaba antes de empezar, sentía que no podría hacer nada pasable y me iba poniendo más y más nerviosa mientras veía cómo el resto de compañeros avanzaban y yo permanecía inmóvil. esta vez no. hay un momento de duda y tensión cuando pienso en qué pieza voy a hacer pero me pongo a jugar con el barro, a moldearlo con los dedos sin pensar en nada y la cosa se va definiendo sola. me doy cuenta de que si me centro en mí en lugar de en lo que están haciendo los demás, no hay espacio para el bloqueo ni para la sensación de fracaso. creo que la clave está siempre ahí, en fijarse solamente en uno mismo y en centrarse en el propio proceso. finalmente parece que ha salido un cuenco/taza. no será el más bonito, eso lo puedo asegurar, pero hay una mezcla de orgullo y satisfacción personal al final del proceso que me hace sentir muy bien.
las 2horas y media se acaban en un momento y, a pesar de pasarnos de hora, seguimos un poquito más: jugando a ser ceramistas profesionales con el torno y haciendo una deliciosa pausa con un pastel vegano que sabe a pera y canela acompañado por un té reconfortante.
nos despedimos pero aún me quedo un buen rato charlando con tranquilidad con Olga, Patricia y Gloria ajena totalmente al reloj. cuando finalmente me voy son las 21h. vuelvo para casa cansada pero con una sonrisa y bienestar interno difíciles de borrar. es la misma sonrisa que tengo a la mañana siguiente y ahora, mientras escribo el post. es esa sonrisa y bienestar que me produce conocer gente con pasión por lo que hace y que plasma en el resultado. es la pasión que se palpa en las piezas de Gloria y es la pasión que se desprende en toda la organización del evento: en los mails previos al taller, en la selección de la merienda, en la elaboración de la pequeña guía para que te lleves a casa, en el mimo y cuidado en la presentación de todo, en el no importar que nos pasemos de la hora porque estamos disfrutando…
un grandísimo placer jugar y crear con barro de la mano de Gloria y un grandísimo placer participar en una experiencia de Moeraki; no va a ser la última, lo sé seguro.
Unas fotos muy bonitas ;)
Me alegro muchísimo que lo pasaras en grande, esos momentos de armonía deberían durar siempre!
Un fuerte besote!!
Besosss!!
Anna | www.liluandme.com